“Surgimiento y Ocaso de la
Arquitectura Pionera”
Introducción
Luego de la
definitiva organización del país en la década de 1880, Argentina se encuentra
con la necesidad de poblar el inmenso territorio patagónico; por ello el
entonces gobernador del Territorio Carlos María Moyano estipula una serie de
normas instando a poblar la región, ofreciendo a cambio el acceso a la tenencia
de la tierra en arrendamiento para el desarrollo de la actividad agrícola
ganadera. Con el arribo de pobladores de diversas nacionalidades: ingleses,
españoles, belgas, italianos, chilenos, yugoslavos, entre otros, esta actividad cobra definitiva
importancia. Muchos de esos inmigrantes, como los provenientes de Malvinas,
acarreaban amplia experiencia en la actividad ganadera, y fundamentalmente
estaban adaptados a una geografía y a un clima semejante al de nuestra región.
La ciudad de Río
Gallegos fue fundada el 19 de diciembre de 1885 con el asentamiento de la Sub
Prefectura Argentina. Las necesidades de aprovisionamiento rural, que se
acentuaban cada vez más, y el desarrollo demográfico, llevaron a que Río
Gallegos deje de ser un caserío para convertirse en un pequeño poblado...
Debido a esto la arquitectura y el
urbanismo toman gran envergadura adoptándose los modelos de construcción
europeos.
Surgimiento
Las
primeras edificaciones fueron creadas en la segunda mitad del siglo XIX, era un
método constructivo precario en el cual se utilizaron los materiales que la
industria de aquella época brindaba, tales como: chapa de zinc, madera y
clavos. Uno de los exponentes de esa época, hasta hoy en pie, es el actual
edificio donde funciona el Museo de los Pioneros. Entre 1899 – 1900 se comienza
la construcción de la Catedral Nuestra Señora de Luján y el antiguo edificio
del colegio Mª Auxiliadora, ambos declarados Monumentos Históricos Nacionales,
claros ejemplos de arquitectura pionera. Con ellos, se logra un producto de
calidad y diseño que aún hoy es admirado.
Al
evolucionar el poblado, comienzan inversiones más costosas e importantes. Los
estancieros pensando en el bienestar de sus familiares y en un asentamiento
definitivo, adquieren viviendas
prefabricadas de catálogos que fueron enviadas desde Europa y EEUU.
Posteriormente viviendas de similares características fueron instaladas en Río
Gallegos. Surgió así un sistema
funcional de construcción prefabricado que se adaptó de forma excelente a las
características climáticas de la zona.
Ocaso
El ocaso de esta arquitectura tan armónica con el
medio comenzó cuando Santa Cruz se organizó como provincia y atrajo una gran
corriente inmigratoria interna. Llegaron así arquitectos con costumbres
propias, quienes influenciados por corrientes modernistas reemplazaron a la
antigua construcción. Esto se tradujo en el surgimiento de un sistema
constructivo de obras húmedas con paredes de mampostería revocada, instalándose
así el concepto de que lo pre-fabricado es un sistema constructivo de “material
ligero”.
De esta forma se inició la pérdida de la identidad
urbana de Río Gallegos, al creer que estos nuevos materiales le aseguraban a la
vivienda una mayor perdurabilidad, seguridad y confiabilidad, siendo lo único
comprobable su mayor resistencia al fuego. Esto se convirtió en una de las
principales causas de la perdida de la típica construcción patagónica.
¿Cómo reconocer
las características principales en la
arquitectura pionera?
Las viviendas
patagónicas poseían una carácter netamente utilitario y funcional, eran
reducidas en cantidad de materiales, preponderaba la madera y la chapa de zinc.
Poseían una estructura de madera revestida en el interior con láminas de madera
que a su vez eran revestidas con papel engomado, aplicado sobre arpillera para
evitar filtraciones de viento; exteriormente eran recubiertas con chapa lisa
arenada, chapa acanalada, tingladillo o traslapo de madera. Los techos de chapa
de zinc eran a dos, tres y cuatro aguas,
rematados generalmente por pináculos. Las ventanas con vidrios repartidos en
forma de bow-windows, las galerías vidriadas y los óculos fueron grandes
aciertos ya que eran muy adecuados como receptáculos de luz y calor.